En las laderas del valle del arroyo del Beredo se desarrolla uno de los robledales autóctonos mejor conservados del Parque Nacional. En el robledal del Beredo predomina el roble negro, adaptado a mayores altitudes, asociado con muchas otras especies como es típico de este tipo de bosque. Este tipo de floresta alberga una enorme diversidad de especies de seres vivos, constituyendo así un hábitat de elevada importancia ecológica. Aquí pueden encontrarse varias especies de fauna del Parque Nacional como el corzo, la marta, el tejón y aves como el azor, el pico picapinos, entre otros. Frecuentemente se conservan vestigios del paso del lobo, excremento con pelos y huellas.
Desde el sendero que cruza el valle del Beredo tenemos excelentes perspectivas para la sierra de Gerês, individualizando algunos de sus picos y la Capilla de S. João da Fraga, que se distingue por el encalado, ya en el límite de Pitões das Júnias.