En este territorio de montaña subsiste un patrimonio muy genuino, las brandas[1] del ganado, pequeños núcleos de viviendas temporarias utilizados por la comunidad durante la primavera/ verano, época en que esas áreas presentan condiciones más favorables para la alimentación del ganado. Al contrario de las brandas de Castro Laboreiro, las brandas de la sierra de Soajo y de la sierra de la Peneda son esencialmente brandas de ganado, que corresponden a áreas de pastoreo en altitud.
Su dimensión y tipo de construcción cambiaba dependiendo del nivel de utilización, número de familias, tiempo de permanencia y si había o no agricultura en simultáneo. Así, encontramos brandas con construcciones muy rudimentales, donde apenas existen pequeñas construcciones para abrigo de los pastores denominadas por cortelhos[2] y las bezerreiras[3] anexas, cercanas a las zonas de pasto. Otras, sin embargo, presentan edificaciones mayores, más robustas y con algún ornamentado arquitectónico, caminos definidos dentro del lugar, con zona agrícola, normalmente pequeñas hileras contiguas a las viviendas o más concentradas en la zona de la vega, cerca de las casas. Todas las brandas tienen características comunes: cercanas al agua y a zonas de pastos naturales, abrigadas y con buena exposición solar.
Bordença fue una de las brandas de Soajo. Actualmente ya no tiene esa función, aunque algunos de sus campos continúen siendo cultivados y pastados.
El lugar nos transporta a otros tiempos. Más que bucólico es casi místico. Incluso para aquellos que no están familiarizados con las brandas, rápidamente conseguimos imaginar los momentos que aquí se vivieron, el ajetreo de la vida cuotidiana de los brandeiros[4] que trataban del ganado y de los campos. Esta branda no resistió a la creciente perdida de importancia de la actividad agropecuaria, al éxodo rural y a la emigración. Hoy no quedan más que paredes, muros, caminos y el bonito puente medieval sobre el arroyo de Bordença, patrimonio relativamente conservado.
No obstante, la visita a este lugar es siempre un punto de destaque de la ruta, por su historia, por ser un símbolo de la cultura local y por su fantástico marco paisajístico en el que se destaca el arroyo de Bordença.
[1] Lugares situados a mayor altitud en los que viven o vivían los campesinos entre los meses de abril y diciembre, dedicados a la siembra y al cuidado del ganado
[2] Regionalismos que define las construcciones rudimentales hechas en granito, donde se abrigaban los pastores.
[3] Regionalismo que define las cercas para el ganado
[4] Pastores de las brandas
