Ubicada en una de las laderas de la sierra Amarela, frente al valle del río Homem, Brufe es una pintoresca aldea de montaña muy bien preservada y en donde vale la pena pasar algún tiempo. Una incursión por las calles del lugar permite conocer alguno de su patrimonio construido, con destaque para las casas con paredes de granito y construcciones asociadas a la actividad agrícola, como los hórreos y los muros de piedra que rodean los caminos agrícolas. A su alrededor está la vega agrícola, con pequeños campos de cultivo y de pastoreo en bancales, que alternan con núcleos de pequeños bosques de especies frondosas.

Fue de las primeras aldeas de la región a prepararse para recibir turistas, cuando en los años 90 del siglo pasado inició un proyecto de recuperación de su edificado en alojamiento de Turismo en Espacio Rural. En la aldea los visitantes pueden disfrutar de una buena gastronomía y, sobre todo, de un paisaje memorable.

Se cree que su nombre tiene origen en la palabra Berulfi, que significa lobo, el animal salvaje que está culturalmente relacionado con estas comunidades de montaña.