Ubicada en las faldas de la sierra de Gerês, a unos 550 metros de altitud, en una vertiente expuesta al sur con vista hacia el río Cávado, Ermida es orgullosamente una aldea serrana, de costumbres y prácticas comunitarias que van perdurando a lo largo de generaciones. Su comunidad se dedica esencialmente al agropastoreo y a la silvicultura, actividades altamente dependientes de los recursos de los terrenos baldios, gestionados por los compartes[1].
Del mirador de la Ermida consigue visualizar la pintoresca aldea, con sus pequeños aglomerados de casas y otras construcciones rurales, la vega agrícola en mosaico con zonas de pequeños bosques, destacándose a su alrededor los picos graníticos de la sierra y los valles excavados por los ríos Arado, Fafião y Cávado.
Fruto de su marco paisajístico, de los recursos y de las excelentes condiciones naturales para la práctica de actividades de montaña, la aldea de Ermida se convirtió en una de las más visitadas del Parque Nacional. Es conocida principalmente por las cañadas y corrales de la sierra, por los miradores, cascadas y las lagunas naturales.
[1] En Portugal, personas que tiene derecho a usar y beneficiarse del “baldio”