El embalse de Paradela completa el hermoso paisaje del valle del arroyo del Beredo, que podemos ver desde la parte superior del dique de la presa, hacia al norte. Especialmente en primavera y a principios del verano, con la explosión de tonos amarillos del tojo y lila de los brezos, los verdes del extenso bosque de robles y de los prados de lima, cercanos a los pequeños núcleos poblacionales, en contraste con el espejo de agua y las montañas envolventes, le dan a este lugar una extraordinaria belleza.
La presa de Paradela fue una de las primeras presas construidas en la cuenca del Cávado. Comenzó a operar en 1956, alterando fuertemente el paisaje e influenciando un microclima local. Tiene algunas particularidades en relación con otras presas del Cávado, siendo una presa de enrocamiento, con un dique construido con rocas acumuladas a granel. Dentro de esta tipología se considerada la mayor obra de ingeniería en Europa.