En Pincães aún existen núcleos de construcciones tradicionales poco alterados, que nos cuentan mucho sobre las tradiciones y la cultura de esta comunidad de montaña. Son ejemplo de ello los hórreos, los molinos, las cortes[1] del ganado y las viviendas, las calzadas que marcan el camino hacia la sierra o hacia los campos agrícolas, la almazara, la Pedra d’Água[2], entre otros.
Las costumbres y actividades tradicionales están vivas. El cuotidiano de las personas que aquí viven sigue marcado por el trabajo duro del ganado y del campo y por la explotación de los recursos del baldio[3]. El ahumado tradicional y la miel también son actividades económicas importantes para esta comunidad.
Las características biofísicas y climatéricas de Pincães le conceden una importante biodiversidad, con destaque para las áreas de robledal y de matorrales ubicadas a mayores altitudes. Estos dos tipos de hábitats predominantes conservan una destacada diversidad de especies de flora y de fauna silvestre. Merece también destaque la famosa Cascada de Pincães, una de las más bellas de la región del Barroso[4], a la que se puede acceder a pie, por el camino antiguo que sale de la aldea en dirección a la almazara.
[1] Regionalismo que significa corral
[2] Monolito de granito, con la parte superior aplanada y apoyado por una base de cemento
[3] En Portugal y en Galicia un baldio es un terreno detenido y gestionado por una comunidad local. El concepto existe en otras regiones con nombre como bien comunal o procomún
[4] Barroso o Tierras de Barroso, es el nombre tradicional de la región formada por los municipios de Montalegre y Boticas