En este puerto de montaña la etapa atinge su cota más elevada, aproximándose de los 1000 metros de altitud.
El nombre Portela do Lagarto está asociado a una leyenda, según la cual aquí existió un gran lagarto que se alimentaba de todo lo que aquí pasaba, hombres y animales. Era el terror para los peregrinos que pasaban para dirigirse al local de devoción de la Sr. ª da Peneda. Un día, en su búsqueda de alimento, el lagarto se encontró con una mujer que pasaba por el camino. Era una hilandera que vivía en el área da Meadinha, conocida por sentarse al sol, hilando entre rocas y madejas. El monstro se lanzó sobre la mujer. Esta, aterrada y encorralada, agarró lo que tenía para defenderse. Agarró la roca que llevaba a la cintura y golpeó desesperada y vigorosamente al réptil que, instantáneamente, se transformó en piedra. Enseguida el pueblo declaró que Nuestra Señora había sido la autora de esta proeza.
En la cima del afloramiento granítico (a la izquierda de la calle, en el sentido Lamas de Mouro – Peneda) está la forma granítica (forma zoomórfica) que nos hace recordar un lagarto. Esta figura es considerada un exlibris de la Sierra de la Peneda y, a semejanza de otras que se encuentran muy próximas de este local (tortuga), resulta de la alteración y erosión de la roca granítica.