El sendero entre Ermida y Germil se desarrolla en la ladera oeste (poniente) de la sierra Amarela, en pleno ambiente de montaña. Ninguno de los lugares cuenta con servicios de abastecimiento de alimentos, ni existen otros apoyos a lo largo de la etapa. Avituállese antes de partir.

Esté atento a las marcas y a la señalización vertical del GR50, ya que van a surgir varias intersecciones y cruces a lo largo de la etapa, así como otros senderos marcados. Los soportes de señalización vertical del GR50 están identificados y en esta etapa están numerados del 9.1 al 9.22 (placa con código numérico colocada en el poste con flechas direccionales e informativas o en balizas).

Saliendo del Mirador de Ermida, desde donde se observa el magnífico paisaje del valle del río Froufe, embellecido por la escalinata de campos cultivados en bancales y algunos pequeños bosques de especies frondosas, iniciamos camino en dirección al puente de Carcerelha, un riachuelo de montaña, de valle profundo y lagunas cristalinas, muy utilizado por los practicantes de barranquismo. Seguimos siempre la carretera municipal. Antes de descender a cotas más bajas, disfrute del paisaje muy marcado por las características del relieve, especialmente los interfluvios y los valles y arroyos profundos. ¡Es montaña! Por aquí es frecuente avistarse aves de rapiña como el águila ratonera, el aguilucho cenizo o el búho real.

Después de pasar el puente sobre el riachuelo de Carcerelha, el sendero desvía a la izquierda, subiendo un camino inclinado hacia cotas más elevadas. Aproximadamente un kilómetro y medio adelante, después de cruzar un pequeño riachuelo, encontramos una pista forestal, junto a pequeños campos agrícolas cercados y aparentemente abandonados. Unos 50 metros más adelante salimos de la pista forestal y continuamos hacia el sur. Poco después cruzamos otra pista forestal, que surge perpendicularmente al sentido de nuestra marcha. Continuamos subiendo para pasar el arroyo de las Mestras próximo de sus cabeceras, donde la toponimia no es tan exigente. Por fin, una pequeña subida más para alcanzar Eido y Giadela, donde la etapa llegará a su cota más elevada (704 m). Aquí la topografía se vuelve más suave. Es una zona de desfiladero, de cabecera de líneas de agua dominada por matorrales, con destaque para los brezales y tojales, uno de los hábitats naturales característicos del Parque Nacional. A nuestra derecha, hacia el suroeste, en la margen izquierda del río Germil, puede verse el Foso de Lobo de Germil (muros en piedra que acompañan la pendiente em forma de V), que los antepasados utilizaban para perseguir, acorralar y cazar a los lobos.

Finalmente, caminamos por la calzada de Germil, acompañados por un paisaje fantástico, construido por el Hombre a lo largo de los siglos en perfecta harmonía con la naturaleza. Después de cruzar el riachuelo del Chão da Ponte, llegamos rápidamente al aglomerado de Germil, enmarcado en una magnífica composición de cultivo en bancales, fundamental para la exploración agrícola de las laderas de la montaña. Visite la aldea de origen medieval, que en tiempos se llamó São Vicente de Germil y conozca su amplio patrimonio cultural, especialmente de valor etnográfico.

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